domingo, 21 de diciembre de 2008

Chalatenago afectado por las expulsiones

Al quedar con dos jugadores más, Chalatenango se vio obligado a hacer lo que no tenía pensado hacer desde que terminó el torneo regular: controlar el partido.
El ataque de los duros del norte se basó en el pelotazo y el contragolpe, para lo cual le era inútil tener dos jugadores más en la cancha.
Es más, estoy seguro que si Metapán hubiera tenido superioridad numérica, Chalate habría terminado con el título en la bolsa luego de los 90 minutos (el primero en sus 58 años de existencia), pues su esquema defensivo se habría acentuado, ante unos caleros que no habrían dado tregua como locos, al grado de descuidarse atrás, por lo que los alacranes encontrarían espacio para activar su arma letal del contragolpe, lo cual le ha dado resultado desde la semifinal contra Águila.
Al cuadro de los norteños les afectó las expulsiones del Metapán, como también el primero de los penales en contra (dudoso) y el que no les quiso pitar el árbitro, luego de que Carlos Ayala sufriera una falta de la Alexander "rastra" Escobar.
Por eso no puedo decir que lo de Metapán fue una gran hombrada. Si con dos hombres menos jugara una final contra FAS o Águila, (los semifinalistas eliminados) y ganara, entonces, eso sí sería una gran hazaña, pues ambos equipos están acostumbrados a manejar los partidos.
Ejemplo de la pobreza táctica ofensiva del Chalatenango es el tercer gol de ellos, luego de en un tiro de esquina, pues en la jugada no influyeron sus dos jugadores de más; pero esa ventaja en el marcador y en la cancha les pasó factura a falta de seis minutos para el final, pues Amílcar Ramírez vio con menosprecio una pelota que perdió en el área metapaneca, y de ahí inició la acción que generaría el segundo penalti calero.
Chalatenango fue en la final un alacrán inofensivo.

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