martes, 7 de julio de 2009

Cuatro, uno, cuatro uno

Parece que solo podemos jugar ese esquema. Bajo ese planteamiento ganamos a Costa Rica y México, y cuando perdemos, nos parece que no jugamos mal y que merecimos mejor resultado.
Contra Canadá intentamos jugar el cuatro, cuatro, dos, y nos dimos cuenta que así no podemos recuperar pelota adelante de la línea de defensores, como le pasa al Alianza cuando pone a Ramón Sánchez en la línea de volantes, pues cuando juega entre zagueros y mediocampistas, el capitán de la selecta parece un tractor, pues tiene más ventaja para marcar.
No justifico las ausencias, más creo que el equipo no se aplicó a lo recomendado por Carlos De los Cobos. En el segundo tiempo jugamos tres, cinco, dos, sin encontrar el dominio del juego.
Tal vez ahora que perdió la selecta todos buscamos un culpable, y lo más lógico sería señalar a Manuel Salazar; sin embargo, yo pediría que no los buscáramos, pues nuestra selección no tiene una, dos, tres ni cuatro estrellas, tiene un equipo de jugadores que cuando se aplica obtiene buenos resultados. Ayer, no se aplicaron.
Me llama la atención que Cristian Castillo juega a nada, hace fintas y toca hacia atrás, jugó mejor Salvador Coreas, que fue más ofensivo, tocó más la pelota y disparó dos veces a marco, llevando peligro en una ocasión de ellas. Creo que el técnico valoró que uno aportó más que el otro, y no que el del León puede hacer una genialidad, como sugería Eugenio Calderón, a quien ya quisiera ver como técnico.
Pese a todo, ¡arriba con la selección salvadoreña!, daremos lucha hasta el final.

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