viernes, 26 de diciembre de 2008

Centrone ¿éxito asegurado?

Fotografía de El Diario de Hoy

Muchos damos por sentado que Pablo Enrique Centrone es un buen técnico, basándonos en lo que hizo en su anterior equipo, pues su aporte ayudó a mantener al Alianza FC en primera división, pese a que tuvo en su equipo jugadores que no tenían experiencia, más unos cuantos experimentados, debido a que un castigo de FIFA le impedía hacer contrataciones.
Obviamente, todos nos aventuramos a pensar que si hizo eso con un equipo raquítico es capaz de hacer más con un cuadro con capacidad de llevar los jugadores que encuentre disponible. Águila le ha contratado para ser campeón, y para lo mismo lo buscaba FAS y Firpo.
La verdad es que el fútbol no es como las matemáticas, es decir no podemos aplicar la fórmula Centrone + equipo con libertad de contratar = título.

¿Y los jugadores?
Aquel Alianza de Centrone no solo dependía de él, ni de Víctor Velásquez, Carballo o Albarrán, dependía de una fórmula especial que se desintegro, y que no fue los suficientemente buena como para llegar a una semifinal, es decir, el desempeño de aquel equipo blanco fue pobre, su gran afición puede decir que con no descender se dio por servida, pero en realidad, no es así, les quedó la sensación de dar para más, luego de iniciar torneos ubicándose arriba de la tabla, ¿por qué los miembros del equipo no lo pudieron mantener?, ¿necesitaban mejores jugadores para hacer frente a los improvisados y cansados equipos del fútbol nacional?
Centrone tiene frente así el reto de confirmar que lo de mantener la categoría del Alianza fue su mérito, pues nadie ha reconocido a los varios jóvenes y los pocos experimentados integrantes de la plantilla, todos nos llenamos la boca y decimos "Centrone salvó al equipo", por pura simpleza aplicamos una fórmula subjetiva y anulamos de ese mérito la labor de los jugadores, ¿qué fue de ellos?, nadie anda buscándolos con la etiqueta de "los jugadores que salvaron la categoría del Alianza".
Así es el fútbol, sin lógica, pero con clichés monótonos...

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